domingo, 18 de marzo de 2012


La estructura y el comportamiento organizacional “óptimo” son básicamente, dependientes del ambiente externo y de la estructura utilizada. Cada una de las teorías administrativas tiene un enfoque diferente para la administración de las organizaciones y cada una refleja los fenómenos históricos, sociales, culturales y económicos de su época, así como los problemas que preocupaban a sus autores. Por lo tanto no es correcto decir que una teoría es más acertada que la otra y sería mejor decir que cada teoría presenta una solución dentro del enfoque escogido. El enfoque contingencial busca comprender las relaciones que se establecen dentro de los subsistemas y entre ellos, así como entre la organización y su ambiente, y definir los estándares de relaciones o configuraciones de las variables. Este enfoque intenta comprender como operar en condiciones distintas y en circunstancias específicas y está orientado a sugerir diseños organizacionales y acciones gerenciales apropiadas para situaciones específicas. La tecnología tiene la propiedad de determinar la naturaleza de la estructura y el comportamiento organizacional de las empresas. La tecnología, esto es, la racionalidad técnica, se volvió sinónimo de eficiencia. La eficiencia se convirtió en el criterio normativo para evaluar a los administradores y a las organizaciones. La tecnología, en nombre del progreso, crea incentivos en todos los tipos de empresas para que los administradores aumentan cada vez más su eficacia, pero siempre dentro de los límites del criterio normativo de producir eficiencia.

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